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Union Square. Ese lugar por el que siempre hay que pasar

En bicicleta por el distrito histórico de Prospect Park South
En un lluvioso día de invierno recorremos esta pequeña joya escondida en el sur de Brooklyn cuya creación se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX.
El Flatiron Building en horas bajas

El Flatiron en mejores tiempos para este icono de Nueva York.
Y es así tal como os lo cuento. Este edificio, concebido por Daniel Burnham y construido en 1902 no pasa por su mejor momento. Son ya varios años en que su fachada y las aceras que lo rodean se encuentran cubiertas por andamios privándonos de la vista de esa famosa y aguda esquina formada por Broadway y la 5ª Avenida mirando sobre Madison Square Park.
Pero, ¿qué está pasando en este edificio?
En un esfuerzo por ayudar a resolver una disputa entre sus propietarios actuales, el icónico edificio Flatiron en el centro de Manhattan se subastará oficialmente el 22 de marzo. La decisión es el resultado de un fallo reciente de la Corte Suprema del Estado.
A partir de ahora, el 75% de este edificio y monumento es propiedad de GFP Real Estate, Newmark, Sorgente Croup y ABS Real Estate Partners mientras que un abogado llamado Nathan Silverstein posee el 25% restante del mismo.
En 2021, el antiguo grupo de socios había demandado a Silverstein con la esperanza de asegurar una venta de su parte del edificio, alegando las malas decisiones comerciales de este último que, según afirman, han mantenido el edificio vacante durante mucho tiempo, según el sitio.
Silverstein, por su parte, demandó a los otros socios por motivos similares, sugiriendo que no intentaron arrendar el espacio correctamente.
Dada la estructura de propiedad, cualquier socio básicamente tiene poder de veto sobre las decisiones que afectan el edificio, lo que complica aún más toda la situación, de ahí la decisión del tribunal de subastar el edificio.
Según la publicación The Real Deal, los beneficios de la venta por subasta se dividirán entre los socios en función de sus participaciones actuales.
Originalmente denominado Fuller Building, la torre de 22 pisos en el 175 de la 5ª Avenida ha llegado a definir el Flatiron District en Manhattan donde se sitúa.
Originalmente, cuando se inauguró en 1902, el edificio era la sede de la empresa constructora Fuller Company. En 1925, la empresa vendió el edificio a un sindicato de inversión.
Fue designado un hito histórico o «Landmark» en 1966. El documento de la Comisión de Preservación de Monumentos lo describía así:
“Ya sea que se vea de noche, se refleje en el pavimento reluciente durante una tormenta o luche por su vida en una tormenta de nieve, tiene una cualidad de movimiento direccional con su masa en forma de proa que se eleva por encima del espectador. Para el Nueva York de 1902, este edificio representaba la esencia misma de la modernidad”.
A finales de la década de 1990, la propiedad se dividió entre los socios y el edificio finalmente se renovó.
El último inquilino que llamó hogar al Flatiron Building fue Macmillan, el gigante editorial británico, pero los 21 pisos de oficinas ya estaban vacíos en junio de 2019.
A partir de noviembre de 2020, toda la estructura quedó vacía y comenzaron las obras de renovación que incluyen fachadas, vestíbulos y nuevos ascensores.


Villas Charlotte Bronte, Riverdale

La Villa se construyó en la década de 1920 y fue diseñada por Robert W. Gardner, el arquitecto responsable del Museo de Staten Island.
Situada sobre un acantilado, el coop de 17 apartamentos recuerda a las casas que se encuentran en la costa de Amalfi.
Se compone de apartamentos dúplex y tríplex, cada uno con sus propias entradas independientes.
¿Qué significa realmente «Un Minuto en Nueva York»?
In a New York Minute
Este podcast va camino ya en 2023 de cumplir los 9 años desde sus primera publicaciones, siempre bajo el mismo nombre y con la línea argumental adaptándose a los avatares e intereses de quién aquí escribe y en el podcast os habla.
Muchas veces he oído por parte de oyentes el comentario o chascarrillo sobre la discrepancia entre parte del título del podcast, es decir, el «minuto» y la duración real de los programas, que evidentemente, y como ha quedado demostrado en más de 220 podcast publicados, no es nada cercana a un minuto de tiempo.

Tampoco puede pasar desapercibido el hecho de que existe una película -de infame calidad, eso sí- de 2004 (creo) que comparte el nombre con este podcast. Pues no. Tampoco bebe su inspiración de esa obra este humilde proyecto.
No faltan referencias históricas o en la cultura popular a la expresión «In a New York Minute». Leo en un artículo de 1986 publicado en el New York Times Magazine «
El Fiscal General de Alabama, al que se le negó la nominación demócrata a gobernador, estaba furioso. Denunció a las personas que rodeaban a su oponente como «un montón de sórdidos, puedes ver eso en un minuto de Nueva York».
Los lectores habituales de este espacio ya saben que la sordidez comenzó como un insulto étnico, despreciando injustamente los productos de lino fabricados por la gente de Silesia, un área del suroeste de Polonia. Pero muchos se preguntarán por qué todavía no lo he tratado en un minuto de Nueva York.
«Si hubiera algún indicio de incorrección», dijo un oficial de policía de Dallas, evitando el subjuntivo, en 1980, «estarían sobre nosotros en un minuto en Nueva York».
En una película para televisión de 1983, «A Killer in the Family», alguien dice del brutal padre interpretado por Robert Mitchum: «Te mataría en un minuto de Nueva York».»
Con estos antecedentes parece evidente que el termino tiene un claro significado relacionado con tiempo o inmediatez, algo que no es difícil asociar con el ritmo trepidante que habitualmente se ha asociado a la vida en Nueva York.

Este americanismo – que es como dicen que se llaman este tipo de expresiones- parece que tiene su origen en el sur de los Estados Unidos, y más concretamente en Texas y significa simplemente un instante, un momento, un intervalo muy breve.
La forja del término no está exenta de la visión que los sureños tienen de Nueva York y otras grandes ciudades, generalmente del este, (como si en el estado de la estrella solitaria no hubiese grandes urbes) como núcleos de actividad social y económica frenética y apresurada.
El histórico presentador del Tonight Show Johnny Carson lo definía como el tiempo entre el que un semáforo de Manhattan se pone en verde y que el coche de atrás empieza a hacer uso del claxon. La descripción debería explicar la expresión sin dejar espacio para duda alguna, ¿no?.
En el plano de la cultura popular, y obviando el infame título cinematográfico que he mencionado al principio, no puedo dejarme en el tintero el mitiquísimo «New York Minute» que en 1989 puso Don Henley, voz de los Eagles en nuestros oídos.
En cualquier caso, un nombre para seguir contando historias sobre esta ciudad de nuestras alegrías y desvelos, días agitados o tranquilos, gélidos o tórridos.
Hey ho! Let´s go!

En el 315 de Bowery se encontró entre 1973 y 2006 el CBGB, el bar y sala de conciertos del East Village que va indiscutiblemente unido a la historia de movimiento punk y punk rock de finales de los 70 y prioncipios de los 80 en Nueva York.
La mítica banda surgida en Forest Hills, Queens, Los Ramones ofreció sus primeros conciertos en esta sala. No en vano, unos metros más allá de este localización, East 2nd Street en su intersección con Bowery lleva el sobrenombre de Joey Ramone Place.

En esa misma intersección, un mural rinde homenaje a otras bandas que desfilaron por esta legendaria sala, tales como Bad Brains o Blondie


Podcast: Grand Central Madison
Volviendo a las calles de Nueva York y a Grand Central, hablamos hoy de la nueva apertura de la estación Grand Central Madison mediante la cual el Long Island Railroad se conecta finalmente con Grand Central Terminal










Prospect Park Boat House
